X


[ Pobierz całość w formacie PDF ]

tencia de la mujer, bien persuadida de que no usar�a con ella de la
62
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar
www.elaleph.com
Los nueve libros de la historia donde los libros son gratis
fuerza, entonces fue cuando no hallando camino alguno para lograr su
intento, se valió de este artificio: Manda casarse a un hijo suyo, llama-
do Dar�o, con una princesa hija de Masistes y de la dama de quien
estaba Jerges enamorado, creyendo que as� le ser�a f�cil llevar a cabo
sus designios. hecho el ajuste y celebradas con solemne pompa las
bodas, pasa Jerges a Susa, en donde llama a su palacio a la princesa
novia, para que en �l viva con su hijo Dar�o. Mudó entonces de objeto
el amor, y en vez de la madre empezó Jerges a requebrar a la hija,
dejando de querer a la esposa de Masistes su hermano, por querer so-
brado a la de Dar�o su hijo, a la princesa Artainta, que tal era su nom-
bre.
CIX. Andando el tiempo, vino por fin a descubrirse el incesto.
Amestris, la reina o esposa principal de Jerges, quiso regalarle un
manto real que hab�a ella misma tejido de varios colores, pieza magn�-
fica y digna de verse. Ufano Jerges con su nuevo manto, se presenta
vestido con �l a su Artainta, y contento de la buena acogida que ella le
hizo, d�cele que le pida la merced que quisiere, cierta de que en aten-
ción a sus obsequios nada le negar� de cuanto le pida. Dispone la
suerte adversa, que preparaba una gran cat�strofe a toda aquella fami-
lia, que Artainta le replique con esta pregunta: -��De veras, se�or?
�puedo contar absolutamente con vuestra promesa?� Jerges, que nada
preve�a menos, como objeto de esta petición, que lo que ella pensaba
pedirle, confirmó su promesa con un juramento. Con esto Artainta se
abalanza atrevida y le pide aquel manto, entonces Jerges no hac�a sino
buscar excusas, no por otro fin sino porque Amestris, recelosa ya ante-
riormente de aquel trato, no averiguase claramente lo que pasaba. En-
tonces era el darle ciudades, el darle montes de oro, el entregar a su
�nico mando un ej�rcito, siendo entre los Persas muy singular favor el
ceder a uno dicho mando. Pero todo en vano; ella instaba por su manto,
y Jerges se lo dio al cabo; y sumamente alegre y engre�da con aquella
gala, p�sosela luego, haciendo ostentación de ella.
CX. Llega a o�dos de Amestris que su manto paraba en, poder de
la otra; infórmase de lo que hab�a pasado, y convierte su odio y encono
no contra la joven Artainta, sino contra su madre, persuadi�ndose de
63
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar
www.elaleph.com
Heródoto de Halicarnaso donde los libros son gratis
que la culpa estaba en la madre encubridora y autora de lo que hac�a la
hija; y deseosa de vengarse, comienza a maquinar la muerte a la esposa
de Masistes. A este fin espera a que llegue el solemne d�a en que el rey,
su marido, deb�a dar un convite regio, que una vez al a�o acostumbra-
ba a celebrarse en el d�a de cumplea�os del monarca, d�a en que �ste se
adorna y corona la cabeza y hace regalos a los Persas31. En idioma
persa ll�mase este convite Ticta, y en griego la corresponde Teleya,
convite perfecto o grande. Llegado, pues, el d�a de cumplea�os, pidió
Amestris a Jerges una gracia, y fue que le entregase la mujer de Ma-
sistes a toda su voluntad y discreción. Llevó Jerges a mal una petición
tan malvada e indecorosa, parte por ver que se le ped�a la mujer de su
mismo hermano, parte por saber cu�n inocente estaba ella en aquel
asunto, comprendiendo muy bien el motivo del resentimiento por el
cual Amestris se la ped�a.
CXI. No obstante todo esto, vencido al fin de las instancias de la
reina y como forzado por la costumbre, que no permit�a negar gracia
alguna que al rey se pidiera en aquel regio aniversario, conc�dele la
merced, bien que muy a pesar suyo, y entreg�ndole la citada mujer, le
dice que obre con ella como gustare. Llama despu�s a su hermano
Masistes y le habla en estos t�rminos: -�Masistes, a mas de ser t� hijo
de Dar�o y con esto mi buen hermano, bien s� que eres un hombre de
mucho m�rito y valor, lo que me mueve a ordenarte que despidas de tu
compa��a a esa mujer que ahora tienes, y tomes por mujer a una hija
m�a con quien adelante vivas, pues por tal te la doy desde ahora. En
suma, no me parece bien que cohabites m�s con esa tu mujer.� Sor-
prendido Masistes con una orden tan no esperada, replicóle as�: -�Pero,
se�or, �qu� significa esa pretensión vuestra tan fuera de razón? �Cómo
as�, se�or, que me mand�is dejar a mi esposa, de quien he tenido tres
hijos y otras hijas m�s, de quienes una es la princesa que vos mismo
d�steis por esposa al pr�ncipe, vuestro hijo, y esto cuando yo la quiero y
amo muy de corazón? �Quer�is que echada ella de mi lecho me case yo
31
La voz Ticta significa no d�a de la coronación, sino d�a de cumplea�os, y en
este caso adornarse la cabeza significa pulirla, rizarla.
64
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar
www.elaleph.com
Los nueve libros de la historia donde los libros son gratis
con una hija vuestra? En esto, bien que me hag�is un particular honor
teni�ndome por digno marido de vuestra hija, me permitir�is con todo
que os hable con franqueza que ni una ni otra cosa me conviene. No
quer�is vos precisarme a ello con vuestras instancias; marido se pre-
sentar� para vuestra hija mejor o tan bueno como yo; dejadme a m�
continuar en ser esposo de mi actual consorte.� Irritado Jerges de oir
una respuesta libre y honrada: -��Sabes, lo replica, lo que lograr�s con
tu resistencia, desconocido Masistes? Ni yo te dar� por esposa a mi
hija, ni t� ser�s por m�s tiempo marido de esa tu mujer, para que
aprendas a agradecer los favores que hacerte quiera tu soberano.� Al
oir Masistes la amenaza, salióse luego no diciendo m�s palabras que
estas: -�Se�or, �vivo yo todav�a, y vos no me mand�is morir!�
CXII. Amestris, en el intervalo en que hablaba Jerges con su her-
mano, habiendo llamado a los alabarderos del rey, hace en la mujer de
Masistes la m�s horrorosa carnicer�a. Córtale a la infeliz los pechos, y
manda arrojarlos a los perros; córtale despu�s la nariz, luego las orejas [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • metta16.htw.pl
  •  
     

    Drogi uĹĽytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

    Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

     Tak, zgadzam siÄ™ na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerĂłw w celu dopasowania treĹ›ci do moich potrzeb. PrzeczytaĹ‚em(am) PolitykÄ™ prywatnoĹ›ci. Rozumiem jÄ… i akceptujÄ™.

     Tak, zgadzam siÄ™ na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerĂłw w celu personalizowania wyĹ›wietlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treĹ›ci marketingowych. PrzeczytaĹ‚em(am) PolitykÄ™ prywatnoĹ›ci. Rozumiem jÄ… i akceptujÄ™.

    Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.